2. Empezar con el fin en la mente





El hábito de «empezar con un fin en mente» se basa en el principio de que todas las cosas se crean dos veces. Siempre hay primero una creación mental y luego una creación física.

   

Pensemos, por ejemplo, en la construcción de un hogar. Uno lo «crea» con todos sus detalles incluso antes de clavar el primer clavo. Trata de tener una imagen clara del tipo de hogar que quiere. Si uno quiere un hogar centrado en la familia, prevé un lugar adecuado para reuniones familiares. Piensa en puertas corredizas y en un jardín para que los chicos jueguen al aire libre. Trabaja con ideas. Se trabaja con la mente hasta llegar a una imagen clara de lo que uno quiere construir.
Después se traza el plano y se elabora el proyecto de construcción. Todo esto antes de trabajar sobre el terreno. En caso contrario, ya en la segunda creación, la creación física, habrá que realizar cambios costosos que pueden duplicar el presupuesto original.
La regla del carpintero es «medir dos veces antes de cortar una». Hay que estar seguro de que el plano, la primera creación, sea realmente lo que uno quiere, que se ha pensado en todo. Después se levanta la casa con ladrillos y cemento. Cotidianamente uno va a la obra y despliega el plano para decidir el trabajo del día. Se empieza con un fin en mente.

Lo mismo vale con respecto a la paternidad. Si uno quiere educar hijos responsables, auto disciplinados, debe tener claramente presente ese fin cuando interactúa con ellos día tras día. No debe comportarse con los niños de un modo que pueda minar su autodisciplina o autoestima.
                                                      



En grados diversos, las personas aplican este principio en mu­chas áreas de la vida. Antes de emprender un viaje, fijamos nuestro destino y planificamos la mejor ruta. Antes de hacer un jardín, lo dis­tribuimos mentalmente, o tal vez en un papel. Se escriben los discur­sos antes de pronunciarlos; se diseña la ropa antes de enhebrar la aguja.




Alicia no es el mejor ejemplo a imitar. Debemos tener decidido a donde vamos y lo que queremos hacer. Seamos forjadores de nuestro propio destino.


"Estamos en uno de los cruces más difíciles y críticos de la existencia, los caminos que elijamos hoy, nos marcarán de por vida; Enfocarse en lo que hacemos, fortalecerá nuestras metas y evitará que alguien más decida por nosotros" by Leónidas


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